¿Sabías que el sueño de un niño es tan importante como la alimentación y la higiene? Dormir bien estimula el desarrollo intelectual y ayuda en la liberación de la hormona del crecimiento (GH). Según la Fundación Nacional del Sueño, un niño que descansa lo suficiente tiene una mejor calidad de vida.
Sabemos que dormir mal en la infancia es hasta cierto punto normal. Pero, ¿cómo identificar que el mal sueño se interpone en el camino? Cuando el niño permanece cansado, agitado e irritado durante el día, ¡hay que estar atento! Los ambientes muy ruidosos, la falta de rutina y el uso de estrategias equivocadas son los factores que más dificultan una buena noche de sueño. ¡Así que hemos separado algunos consejos para traer más tranquilidad a tu noche!
1) Establece una rutina
La rutina es clave. La llamada higiene del sueño valora las buenas prácticas y la creación de un ritual que induzca a la relajación. Para los bebés, vale la pena ofrecerles la leche, darles un baño tibio, cambiarles el pañal, bajar la intensidad de las luces y hasta cantarles. Para los niños mayores, es bueno crear una secuencia de acciones que siempre realizarán antes de acostarse, como cepillarse los dientes, cambiarse de ropa, apagar las luces y escuchar un cuento, por ejemplo.
Tener una rutina diaria también es importante. Si el ambiente está organizado y las tareas se realizan en horarios similares, el niño se siente más seguro y puede comprender lo que hará después de cada tarea.
2) Duerme en tu propia cama
En los primeros meses de vida es normal y seguro compartir la misma habitación, pero recuerda que cada uno tiene su sitio: los padres en la cama y el bebé en la cuna o cama.
Dormir en la cama de los padres, además de ser peligroso por el riesgo de asfixia y otros accidentes, hace que la madre y el padre duerman más ligeros e imposibilita que el niño se sienta seguro en diferentes ambientes. Esta sobreprotección puede incluso desarrollar un niño inseguro que tenga dificultades para relacionarse con otras personas.
3) Preparar el ambiente
Una buena noche de sueño requiere un ambiente agradable. Dar preferencia a una habitación tranquila y oscura. El ruido interrumpe los ciclos del sueño, mientras que la luz interfiere en la producción de hormonas (cortisol y melatonina), empeorando la calidad del sueño y provocando sensación de cansancio por la mañana.
4) Acuéstate temprano
¿Sabías que el pico principal de liberación de la hormona del crecimiento ocurre alrededor de la medianoche? En ese momento, los niños ya deben estar en un sueño profundo para que esta hormona se aproveche al máximo. Entonces, de nada sirve tener 8 horas de sueño y no disfrutar de esa explosión de hormonas. Lo más saludable es dormir alrededor de las 8 de la noche para que tengas un sueño reparador y tonificante.
5) Evita las distracciones
Dejar de usar celulares, videojuegos y tabletas por la noche también ayuda a mejorar la calidad del sueño. ¡Mantenlos alejados! Interrumpen directamente el proceso de apagado del cuerpo y, en consecuencia, causan insomnio, ya que generan curiosidad. Y su luminosidad azul impide la correcta producción de melatonina, la hormona encargada de decirle al cuerpo que es hora de dormir.
6) Respeta las horas de sueño
El tiempo reservado para dormir debe diferir de una edad a otra. Al principio de la vida lo normal es dormir 16 horas al día o incluso un poco más. De 1 a 5 años, la recomendación es de 13 a 14 horas al día. En la fase de preescolar, 11 horas. En la adolescencia y la edad adulta, el número se reduce a 10 y 8 horas en promedio, respectivamente. Así que asegúrese de que su tiempo de sueño nocturno esté de acuerdo con la edad de su hijo.
7) Presta atención a la postura
Después de tanto tiempo escuchando a los especialistas que los bebés deben dormir de lado para que no corran el riesgo de asfixiarse si vomitan, el consenso de los especialistas ha cambiado. Después de mucha investigación, la Academia Estadounidense de Pediatría ahora recomienda que los bebés duerman en sus cunas, boca arriba. A partir de 1 año se puede iniciar la orientación postural del niño, enseñándole a dormir de lado y con una almohada muy suave, que puede ofrecer apoyo y comodidad a la cabeza, pero sin dañar la columna.
8) Usa la almohada correcta
Al nacer, el cuello del bebé es todavía muy pequeño y su cabeza es mucho más grande en comparación con el resto del cuerpo, por lo que no es necesario utilizar almohada. Sin embargo, a partir de los 6 meses es posible introducir una almohada baja y suave solo para apoyar la cabeza y evitar deformaciones.
A partir del 1er año los pequeños ya empiezan a tener los hombros más anchos que la cabeza y para mantener la columna alineada y evitar molestias conviene introducir un modelo de almohada un poco más alto.
Los niños que están cambiando de una cuna a una cama deben dormir preferiblemente de lado y la almohada debe llenar completamente el espacio entre la cabeza y el colchón.
Para identificar el mejor momento para cambiar la almohada por una más alta, es importante observar la postura del niño. Al dormir de lado, si notas que tu cuello está inclinado hacia abajo, es momento de reemplazarlo por otro.
9) Controla las siestas diurnas
Es normal y necesario que los niños de hasta 5 años duerman siestas durante el día, pero hay que tener cuidado de no perturbar el sueño nocturno. ¡Se deben evitar las siestas de 4 a 6 de la tarde! Mantén una rutina que te permita descansar en momentos estratégicos que no afecten la calidad de tu sueño principal.
10) Come sano
La cena debe hacerse al menos dos horas antes de acostarse y con alimentos nutritivos y de fácil digestión. Si el hambre persiste, opta por bocadillos ligeros, como frutas. ¡Todo es equilibrio! El niño no debe dormir con hambre ni comer cantidades que le provoquen molestias intestinales.
¡Sigue nuestros consejos y mejora el sueño de toda la familia!
La dificultad para dormir o un sueño lleno de interrupciones son problemas que pueden aparecer a cualquier edad, incluso en los primeros años de vida. Es fundamental comprender que la falta de un buen descanso influye directamente en el desarrollo del niño y en la calidad de vida de los padres. Por ello, Duoflex está presente desde los primeros meses de vida del bebé, con excelentes productos que actúan directamente sobre la calidad del sueño. ¡Compruebe!
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(*) La edad exacta puede variar para cada bebé. Es importante que el niño no use almohada hasta que tenga la edad suficiente. Esta práctica puede dañar la salud y el desarrollo de su columna. En caso de duda, consulte siempre a su pediatra.